dilluns, 3 de setembre del 2012

Infinity.


En ocasiones vivimos capítulos aburridos, pero que una vez pasamos al siguiente, los recordamos con cierto cariño por todo aquello que sentimos. Otras veces, las hojas se nos escapan entre los dedos, sin tiempo siquiera para disfrutar esa sensación, y cuando recuerdes ese pequeño trozo de tu vida, siempre tendras ese recuerdo.
Hay protagonistas en cada capítulo, algunos durán toda la vida, y otros simplemente son actores secundarios de los que debemos aprender algo. Sin embargo, lo más duro es cerrar un capítulo que no queremos terminar, pasar página y dejarlo atrás nos provoca inseguridad, una infinita sensación de vértigo. Tal vez porque esas líneas han sido protagonistas en todos y cada uno de los capítulos de nuestra vida.
Aprendamos que los capítulos deben quedar atrás para que esta vida, y este libro, tengan sentido. Aprendamos que pasar página no implica olvidar, y que al fin y cabo, si hay algo que supera a un sueño, es un recuerdo.

Love is in the air.

Me muerdo las uñas. Los sábados procuro no quererte y los domingos te echo de menos. Llego pronto a todos lados, nunca te voy a hacer esperar. Tengo muy poca paciencia y me agobio con facilidad. Me encanta llevar las uñas pintadas, y subo las escaleras de dos en dos. Soy una desordenada, y me olvido de todo, excepto de las cosas bonitas que tú me dices. ¿Pero sabes qué? Podría hacerte mil y una fotos y empapelar todas las calles de la ciudad con tu cara. Y colarme en tus sábanas los martes por la noche y levantarme sin hacer ruido los miércoles por la mañana. Tengo la capacidad para echarte de menos cuando te acabas de ir; la capacidad de quererte, como poca gente lo sabe hacer. Puedo sorprenderte todos los días con algo nuevo que jamás te podrías imaginar. Y quererte hasta explotar, y decir mil cursiladas solo porque te tengo al lado. Y tener la capacidad de parar el tiempo con un beso tuyo. Y quererte hasta la mañana siguiente, cuando el contador llega a cero, y entonces volver a empezar. Si me preguntas por una virtud, quizás te diga que mi única virtud eres tú ¿pero sabes qué? de todos los defectos que pueda tener, ninguno se asemeja al temblor de piernas que me entra cuando te veo, a la sonrisa de tonta y a mi gran felicidad de tenerte.


Sueña cómo un niño.

Crecer es aprender a despedirse. El día que te das cuenta de que crecer va a significar despedirse de personas, situaciones, emociones, memorias, ilusiones e incluso amigos que se suponen que iban a estar para toda la vida. El día que ves que crecer significa conocer cada día más gente que ya murió. El día que te das cuenta de que algunas cosas probablemente no volverán a ser lo mismo por una tontería. O más bien, el día en el que te das cuenta que te despides mejor que hace un año, que ya no te sorprende que la gente desaparezca de tu vida. Ese día estás aprendiendo a decir adiós, ese día estarás creciendo.