dilluns, 21 de maig del 2012

Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo.

Soy de esas que tienen tres vidas; la suya, la que se inventan los demás, y la que sus padres creen que tienen. De las que cuando tienen un día estresado lo pagan con la persona equivocada. De las que a veces se sienten mejor estando solas, aunque echen de menos a los suyos. De las que lloran con las películas románticas. De las que van con el miedo a fallar pero aún así se entregan al máximo. De las que escriben su nombre en los cristales empañados para luego borrarlos. De las que se quedan hasta las tantas para hablar con él. De las que no se entienden ni ellas, pero saben lo que quieren. De las que son capaces de sacarte una sonrisa en tus peores días. De las que echan el bolígrafo al suelo para coger la notita que les lanza el compañero. De las que les entra la risa tonta en momentos serios. De las que les encanta quedarse hablando con su mejor amiga toda la tarde. De las que llegan tarde a casa porque en el camino se entretienen demasiado. De las que odian los pajaritos que les cuentan todo a las madres. De las que la música les transporta. De las que encuentran algo bueno en cualquier persona. De las que eso de disimular no se les da muy bien.De las que se quedan tumbadas en la cama pensando en el por qué de las cosas. De las que tropiezan mil veces con la misma piedra pero siempre se levantan.De las que se dejan llevar por los sentimientos. De las que dicen la verdad. De las soñadoras. De las realistas. Pero sobre todo de las que estan dispuestas a dar todo por esa persona.



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