diumenge, 9 de juny del 2013

Eternity.

Puede que no sea rubia, que mis ojos no sean los mas bonitos del mundo, que no sea listísima o que no tenga tipazo. Puede que no me guste el yogurt con tropiezos, que no sepa cantar bien, que no tenga talento para el tango, que no me guste el hip-hop, o que incluso me duerma. Puede que sea desordenada y un desastre, que pierda las cosas y las encuentre cuando ya no me sirven, que me caiga con regularidad o tropiece continuamente, puede que me enfade con facilidad, puede que me ilusione demasiado, que le de importancia a cosas absurdas. Puede que deteste el puré o adore la carne; puede que siempre se me olvide como se juega al póquer  o que sea mala al ajedrez o a las damas, puede que sea una cantosa, que grite al hablar y encima lo haga rápido. Puede que no tenga buena letra, que sea mala con las mates, que odie los números, no se me dan bien, no puedo con el pescado y tampoco con las verduras. Puede que también me tropiece mil veces con la misma piedra y puede que lo siga haciendo por el resto de mi vida. ¿Y qué? Si así soy feliz, ¿que mas me da lo que pueda llegar a pensar la gente de mi? Soy de esas que viven en otro planeta y quizás parecen inmaduras por querer infinitamente a alguien que no sabe de mi existencia, pero la gente no comprende que quizás son la única razón por las que sonrío, son los únicos que están allí incondicionalmente. Y bueno, mi vida no es para nada perfecta, me faltas tu. Eres esa persona capaz de hacerme sonreír con un simple mensaje, con una simple mirada. Eres el que hace de mis días los mas felices o los mas depresivos del año, la persona por la cual daría todo, porque sé que al fin y al cabo merece la pena por el simple hecho de ser tu. 
Detrás de todo esto, de esta faceta de chica dura y fuerte, se esconde una bailarina que siente la danza recorrer por sus venas cada vez que oye una nota musical, que no para de moverse, una alma inquieta, incapaz de dejar de bailar ni un segundo. 
Y  tras todo esto está mi gran miedo al fracaso, a la no experiencia, a tener que luchar y arrancarme los pelos como nunca por conseguir lo que quiero. Porque si una cosa tengo clara es que quiero ser psicóloga, y cueste lo que cueste me voy a plantar cara a cara con el temor de hacer una cosa que no he hecho nunca, y cueste lo que cueste, voy a seguir adelante, a pesar de las patadas que me van a dar. Ahí estaré yo, persiguiendo mi destino. 



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