dijous, 8 d’agost del 2013

Promesa cumplida.

Prometí escribirte este texto una vez más, prometí que lo haría pronto y aquí me tienes. En frente de un ordenador, con tu música de fondo e intentando rozar la perfección con mis palabras con el único objetivo de hacerte sonreír. Y así es, parece que después de un día duro te va a tocar sentarte, relajarte y dejar que mis palabras invadan tu cerebro, y tal vez, también tus sentimientos. Así que tu, que ya sabes quien eres; esto va dedicado a ti. 
Ahora recuerdo la última vez que te escribí, ya han pasado algunos meses después de tu cumpleaños y creo que ha llegado la hora de recordarte de nuevo lo que significa tener alguien como tu en mi vida. Llegaste así, de repente, sin que nadie lo esperara. Fue una sorpresa, o mas bien dicho un regalo. Hace un año no me hubiera imaginado que una persona reservada, alta, de pelo estilo champiñón y de mochila negra llegaría a ser la persona mas importante de mi vida. Quizás conocerte ha sido como un jarrón de agua fría, por una parte me hizo despertar de un mal sueño donde sentía que no encajaba con nadie, que mis verdaderos amigos habían desaparecido durante el verano y que empezaba la rutina de nuevo, pero por otra parte, me abriste los ojos, gracias a ti me di cuenta de mi errónea manera de pensar. Estaba tan acostumbrada a pasar desapercibida, a que la gente pasara por mi lado y ni se inmutara que no me daba cuenta de lo que tenía a mi alrededor. Sentado al otro lado de la mesa tenía a un chico de verdad. Al principio de esa vuelta a la normalidad no fue más que eso, el principio de una larga amistad. Y es que si paras un segundo de leer esto y miras nuestro pasado te das cuenta de que está lleno de momentos preciosos, de carcajadas sin fin y de amor. Si sigues profundizando en el recuerdo puedes ver nuestra primera conversación, 23 de febrero de 2013. Fue el día que comenzó todo. Esta vez no quiero centrarme tanto en todo lo que hemos vivido, que precisamente no ha sido poco, sino en el ahora, en nuestro presente. Cuando el curso terminó, temía que la única cabra loca que aceptaba en mi vida saliese escopeteada de ella con la escusa de un gran verano, pero no. Los dos hemos tenido la suficiente fuerza como para seguir manteniendo esta amistad mas fuerte  que nunca aunque no nos podamos ver cada día, aunque ya no me puedas hacer cosquillas en las clases de informática, aunque ya no puedas sacarme sonrisas a las 8 de la mañana un Martes cualquiera en la clase de historia, aunque ya no puedas acordarte de mi cada vez que leas "believe" en el libro de inglés. Todo eso se queda en el pasado, bonitos recuerdos guardados cada día mas al fondo de nuestro corazón, y como dice la frase; fue bonito mientras duró. Hoy todo es diferente, tu, yo, nosotros. Ahora nos dedicamos a hacer cualquier cosa, escribir la primera tontería que se nos pase por la cabeza para hacernos sonreír el uno al otro, porque ahora ya no tenemos la seguridad de animarnos día tras día, cara a cara, así que tenemos que mantenernos fuertes y seguir riéndonos el uno del otro, y los dos juntos. Y es que nuestra amistad la hemos cuidado y mimado día a día, nos ha costado mantenerla fuerte, ha habido momentos que por alguna circunstancia, porque cada uno tiene sus propios problemas hemos estado a punto de tirar la toalla. Pero creo que hemos hecho muchos esfuerzos y hemos puesto muchas ganas para que esto tan bonito que tenemos no se rompiera por culpa de cosas ajenas. Quiero que sepas que muchas veces he sacado fuerzas y tonterías de debajo de las piedras para sacarte una sonrisa, una carcajada, pero una marmota como yo sabe que a veces es difícil sonreír por mucho que tengas a una persona a tu lado al 100%. Ante todo esto, quiero darte las gracias. Necesito hacerlo de vez en cuando para hacerte sentir especial, porque así, ni que solo sea por unos minutos, este texto y mis palabras invadan tu atención, y con eso, eliminen todas tus preocupaciones. Así que ahora te pido atención y que leas esto, porque te lo mereces. 
En primer lugar gracias por aparecer, por cruzarte conmigo y por darme la oportunidad de conocer a la persona mas especial del universo. Gracias por aguantar mis pesadillas, mis "tonterías", mis locuras, mis complejos, mis ironías y mis 50.000 defectos. Por estar a mi lado tanto física como mentalmente día tras día, por hacerme sentir especial de verdad, como nunca nadie lo había hecho y por aconsejarme cuando lo he necesitado. Gracias pequeño, porque por mucho que te llame así eres grande, mucho. No me cansaría nunca de agradecerte el hecho de haber parado a conocerme a mi, a una deprevada sexual salida de una manicomio que lo único de lo que era capaz de hablarte era de unicornios. Por frenarme cuando iba muy deprisa, por tranquilizarme cuando tenía ganas de arrancar cabezas, por sacarme millones de sonrisas, por cumplir todos mis deseos, por simplemente ser así de especial. Eres la persona con la que nunca me canso de hablar, con la que he pasado noches largas y despedidas casi infinitas. Con la que me he reído de mi misma, de las piruletas, los acentos, de los monos, de las monjas y de tu poca cultura de pueblo. Eres la persona que me rescataría del convento, la que se convierte en un león llamado Álex y la que es capaz de que veamos una película juntos sin estarlo físicamente. El único ser vivo que se preocupó por mi cuando estaba en la otra punta del país, el único que mientras hablábamos por teléfono me recordaba que no podía caerme de las rocas del Cantábrico porque me esperaba un gran verano. Eres el que me recuerda cada día que la vida hay que afrontarla con una sonrisa, y es que a tu lado, no es muy difícil. Eres un tesoro para mi, un regalo que voy a guardar toda mi vida. La persona por la cual daría todo sin dudarlo ni un momento, porque lo que me has aguantado tu, no lo ha aguantado nadie. Mis llantos, mis risas, mis depresiones y mis mil maneras mas de ser pesada. Por eso y por millones de razones mas, ha quedado mas que demostrado que eres el mejor. Que eres increíble y que ya te he dicho mil veces que tal vez la mejor solución a los problemas sea olvidarte de ellos y vivir cada momento como si fuera el último. Dejar que los problemas se aireen igual que tu mente. Y no tengas prisa por encontrar a tu princesa perfecta, porque como comprobarás esta noche en la película, puede que la tengas delante de tus narices y ni te des cuenta. Y mientras, seguirás cometiendo errores, como has hecho hasta ahora y como seguirás haciendo toda tu vida, porque eso es en lo que consiste, en caerte 300 veces y levantarte 301, en equivocarte y rectificar antes de que sea demasiado tarde. Así que mente fría y a disfrutar del verano que aun nos queda. Solo espero que hayas podido valorarte a ti mismo, porque tu, el que está leyendo esto, pequeño héroe, eres increíblemente grande. Esto se termina y con esto, empiezan mis ganas de que llegues a casa, enciendas el ordenador, abras mi blog, y seas capaz de haber leído esto con una sonrisa en la cara. Porque se que estos días no han sido fáciles para ti, que has estado llorando y que por muchas tonterías que intentaba decirte no conseguía lo que quería, así que espero, de una vez por todas que veas tus problemas cada vez mas pequeños y que cada día que pase tengas mas ganas de que desaparezcan. Te voy a desear suerte en tus nuevos comienzos y si me dejas, voy a estar allí para seguir levantándote en cada caída, y celebrando contigo nuevas etapas y buenos finales. Así que tu, el que sigue leyendo esto después de miles de palabras, gracias. Te quiero, tan simple como eso. Te quiero de aquí, hasta el infinito.

Y aquí sigo, después de dos horas, con la inspiración a medias, con los dedos escribiendo solos y mi mente totalmente centrada, cumpliendo una promesa para ti. Ese ser capaz de alegrar mis días y mis noches. Ese que me comprende y que me apoya error tras error. Tu. 







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