dijous, 30 de gener del 2014

Utopía.

Música. Una simple palabra sin apenas importancia para algunos, toda una vida y la razón de seguir vivos para otros. 
Hay música para todos los momentos de la vida, para cada sentimiento y emoción, para cada persona. La música expresa con voz e instrumentos lo que todos necesitamos en cada momento determinado. Cuando alguien escucha música le provoca un sentimiento de placer y gratitud, de auto-ayuda. Que cuando crees que estás solo, que ya nada merece la pena, que tiras la toalla definitivamente, siempre va a estar ahí esa canción con voz refinada y elegante para recordarte que después de la tormenta siempre llega la calma. La música siempre va a estar ahí, en los buenos y en los peores momentos. Cuando toque celebrar una fiesta siempre va a rodar por tu cabeza ese estribillo pegadizo y ritmoso que te hace saltar. La mayoría de música habla del amor, de lo bonito y fácil que es enamorarse de una persona, habla de lo perfectas que son las relaciones cuando dos personas se quieren de verdad. Pero, ¿dónde quedan esas estrofas dolorosas y llenas de desamor? Hoy en día todo parece demasiado sencillo, pero resulta ser todo lo contrario. Porque nada es para siempre, ni la música, ni el amor, ni nuestra propia vida. Hablar de amor es muy fácil si dos personas se quieren de la misma forma, pero puedo asegurar que si la otra persona no siente lo mismo es lo mas jodido que le puede suceder a alguien. Pero hay que aprender, al fin y al cabo de eso se trata, de ver la realidad y asumir responsabilidades, de madurar con el paso del tiempo y a medida que vamos cometiendo errores, de sonreír y levantar la cabeza por mucho que cueste. Que los finales felices no existen, porque el amor verdadero no termina nunca. 


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